Defender los propios derechos sin transgredir los ajenos

La comunicación asertiva implica transmitir la información de tal forma que se respeta a la persona a la que se le comunica el mensaje, sin que ello suponga una falta de respeto hacia uno/a mismo/a.

Es decir la asertividad consiste en poder transmitir lo que queremos y necesitamos, teniendo en cuenta tanto nuestros derechos como los de los demás. Por otro lado, mientras que la agresión supone anteponer nuestros propios derechos a los de los demás, la no aserción implica someter los derechos propios a favor de los ajenos. Así, el equilibrio entre ambas es la asertividad, “un punto medio entre el que se arrodilla y el que aplasta al otro” (Riso, 2013, p.5).

DERECHOS AJENOS                                                         DERECHOS PROPIOS


No aserción                                        Asertividad                                          Agresión

 ¿Qué voz tienen los distintos estilos de comunicación?

  • Si pudiéramos ponerle voz a la no aserción diría: “Prefiero no decir lo que pienso y necesito. No quiero dañar a los demás ni tampoco sé muy bien cómo expresar lo que siento. Mejor asentir y adaptarme. Muchas veces digo que sí cuando en realidad quiero decir que no”.
  • Por otro lado, la voz agresiva podría decir: “Yo soy más importante. Estoy por encima de todo y de todos. Lo que pienses o sientas no me interesa. Lucho por mis derechos y para mí, el fin justifica los medios”.
  • Por último, la voz asertiva diría: “Yo soy importante pero también lo son los demás. Sé expresar mis sentimientos y mostrar mi postura sobre algo. Pido lo que necesito pero entiendo que el otro tiene derecho a no darme lo que pido. También entiendo que yo tengo derecho a no darle al otro lo que pide o necesita. Sé defender mis derechos, sobretodo los que para mí son especialmente importantes.”

¿Te has identificado en mayor medida con alguna de las voces mencionadas? Aunque todos podemos actuar de maneras diversas ante situaciones distintas, normalmente las personas tendemos a utilizar más frecuentemente uno de los tres estilos comunicativos descritos. Desde Vínculo te animamos a que pienses cuáles de los  derechos expuestos a continuación son especialmente importantes para ti y preguntarte qué te impide, en ocasiones, actuar asertivamente y respetarlos.

Tabla de derechos asertivos

  1. El derecho a ser tratado/a con dignidad y respeto.
  2. El derecho a experimentar y expresar sentimientos.
  3. El derecho a tener y expresar opiniones y creencias.
  4. El derecho a decidir qué hacer con mi propio tiempo, cuerpo y propiedad.
  5. El derecho a cambiar de opinión.
  6. El derecho a decidir sin presiones.
  7. El derecho a cometer errores y a ser responsable de ellos.
  8. El derecho a ser independiente.
  9. El derecho a pedir información.
  10. El derecho a ser escuchado/a y tomado/a en serio.
  11. El derecho a tener éxito o a fracasar.
  12. El derecho a estar solo/a.
  13. El derecho a estar contento/a.
  14. El derecho a no ser lógico/a.
  15. El derecho a decir: “no lo sé”.
  16. El derecho a hacer cualquier cosa sin violar los derechos de los demás.
  17. El derecho a no ser asertivo/a.

A continuación, compartimos algunos “trucos” que pueden ayudarte a empezar a practicar la comunicación asertiva:

  • Empieza por cosas pequeñas. Es difícil que en momentos importantes podamos ser asertivos/as si no lo hemos ido practicando anteriormente. Sería el equivalente a intentar correr una maratón sin haber entrenado a diario.

 

  • Utiliza “mensajes yo”: son mensajes en los que describimos cómo nos hizo sentir el comportamiento o actitud de otra persona, expresando cómo podría actuar en próximas ocasiones.

 

Por ejemplo, en lugar de decir “me tienes harto, siempre llegas tarde”, podríamos decir “cuando no llegas a la hora que hemos quedado, me pongo muy nervioso; me gustaría que la próxima vez que fueras a llegar tarde pudieras avisarme con antelación”.

 

  • ¿Hay veces que dices que sí cuando quieres decir que no? Prueba a hacer el ejercicio consciente de decir más que no cuando algo no te apetece. Si no estás seguro/a, también tienes derecho a decir que lo tienes que pensar. Esto parece obvio, pero a veces nos vemos a nosotros/as mismos/as en situaciones en las que no queremos estar por el simple hecho de haber respondido rápidamente a algún tipo de petición. Tómate tu tiempo en saber qué es lo que quieres hacer.

 

Esperamos que estos consejos os sean de ayuda. Si sientes que necesitas aprender una manera diferente de comunicarte con los demás en la que tenerte en cuenta a ti mismo/a sin abandonar tus necesidades, en Vínculo estaremos encantadas de acompañarte en el proceso.

Referencias

 Riso, W. (2013). Guía práctica para no dejarse manipular y ser asertivo. Phronesis SAS.

María Meizoso Montesinos

 

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