DIFERENCIACIÓN FAMILIAR Y EL PASO HACIA QUERERSE A UNO/A MISMA

Diferenciación

02/06/2022

Cuando trabajamos el Trastorno de la Conducta Alimentaria hablamos de un fenómeno que se repite mucho en las familias que comparten esta patología: aglutinamiento familiar.

Hablamos de familia aglutinada como aquella en la que no hay intimidad, los límites entre las personas quedan sin definir y en el que una persona no tiene espacio para hacer crecer su autoconocimiento. Son familias en las que no se permiten las puertas cerradas en casa, en la que está feo dedicarse a algo diferente a lo que estudiaron los padres, en las que se repiten sucesivamente los nombres de padres e hijos, etc. En estos casos, llevados al extremo, la persona pierde su capacidad para aumentar y mantener su autoestima, y queda en detrimento del otro/a, del cuidado y la atención hacia el otro para quedar en tranquilidad y obtener el reconocimiento de su entorno social y familiar. Es la manera en la que podemos sentir que hacemos algo importante dentro de la familia, del aglutinamiento familiar.

Dependiendo del otro, y sin un criterio libre y objetivo sobre su autoeficacia, y sumada la excesiva autoexigencia, lo normal es que la persona vaya perdiendo la creencia sobre su capacidad, volviéndose sumisa al paradigma familiar y sin capacidad de emitir alternativa. Conforme la situación se agrava, el síntoma con el cuerpo o la comida aparece en alguno de los integrantes familiares.

La familia es un sistema que se conforma como algo mayor a la suma de sus integrantes. Por lo tanto, todos los que pertenecen al sistema van a sufrir las consecuencias del aglutinamiento si este existe. Independientemente de que los padres tengan la autoridad y tuvieran la libertad aparente de cambiarlo, no pueden hacerlo, y lo sufren como la única manera de ser padre/madre o hermano/a o hijo/a dentro de sus respectivas familias de origen.

La diferenciación, por contraste, es aquello que trabajamos en terapia con este tipo de familias. La dificultad que supone entender, para un sistema familiar aglutinado, que cada uno de sus integrantes debe dar un paso atrás para dejar espacio a sus necesidades e intereses personales, es un trabajo de meses y años con la familia. Rechazar la culpa hacia alguien cuando aparece, conectar con la necesidad de cambio y aferrarse a ella cuando la familia está cambiando. Cuando aparece la rebeldía, cuando me estoy sintiendo manipulado/a por mi hijo/a, hermano/a, padre/madre; cuando siento que la familia ya no va a ser lo que era antes y creo que irá a peor para siempre, cuando voy acostumbrándome a ello, cuando veo a mi familia más feliz y que continúan a mi lado, cuando tengo que cerrar la puerta para siempre a ciertas tendencias de acción pasadas, cuando veo que yo mismo/a estoy más tranquilo/a y que todo va mejor.

La diferenciación es entender que tiene que haber un yo para que el nosotros sea más potente y saludable.

 

José Miguel Budia

Doctorando en Psicología Clínica

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