El ciclo ovulatorio, regulación emocional y salud femenina.
Era sé una vez una niña a la que el día de reyes le bajó por primera vez su regla (menarquia). ¡Estupendo regalo!, -pensó-, cuando escuchó aquello de “mi niña ya es mujer”, como si una no hubiese nacido ya siéndolo. Al menos, tuvo la suerte de vivir rodeada de mujeres a las que no les daba pudor hablar de su menstruación, así que ya sabía que la famosa “regla” ni era de color azul, ni totalmente líquida y que, a partir de ahora, una vez al mes expulsaría un óvulo no fecundado pero eso no significaría ni que estuviese “mala”, aunque a veces doliese ( y mucho), ni vendría una tía que no conocía de nada a visitarla (¡qué intromisión!).
Si como esta niña, has tenido la suerte de que la menstruación no sea un tabú, como ha sido hasta hace no mucho para la sociedad, -es con el despertar del feminismo cuando empieza a hacerse visible- habrás sido tu propio sujeto de observación y habrás hecho de tu ciclo un estudio de caso único, apuntado síntomas cada mes y observado como reaccionas en “esos días” (otro término peyorativo más). ¿Pero sabemos como funciona nuestro ciclo menstrual y su importancia con respecto a nuestras emociones?
La producción hormonal experimenta muchos cambios que, desde el punto de vista psicológico, tienen relación con nuestras emociones. Durante el ciclo se diferencian cuatro fases: la menstruación, fase folicular, ovulación y fase lútea. Durante la fase folicular (fase premenstrual) se produce una bajada de estrógenos, hormona que afecta a la excitabilidad, estimulación y tonificación del sistema nervioso. Además, el estrógeno también incrementa los niveles de neurotransmisores en el cerebro; químicos que incluyen endorfinas, encefalinas y serotonina, y que nos ayudan a sentirnos bien.
Cuando el estrógeno baja en la segunda parte del ciclo, también lo hacen estas sustancias por lo que es normal tener sentimientos de depresión, ansiedad e irritabilidad. Paralelamente también disminuyen los niveles de progesterona que al disminuir provoca mayor irritabilidad, exceso de líquidos y problemas de sueño.
El 75 % de las mujeres se quejan de algún síntoma físico antes de la menstruación, pero hay un subgrupo que, además, informa de humor deprimido o labilidad emocional, mayor irritabilidad, y tensión, lo que hoy se conoce como síndrome disfórico premenstrual. Cuando estos síntomas perturban la vida diaria pasa a llamarse Trastorno Disfórico Premenstrual, calificado así por el DSM-V. (European Journal of Obstetrics and Gynecology and Reproductive Biology, Volume 156, Issue 1 , 72 – 77)
Lo óptimo, para nosotras, sería conocer cómo funciona nuestro ciclo ovulatorio para interpretar mejor las señales que nuestro cuerpo nos da, conectar con nuestras emociones y así evitar sesgos interpretativos. Además, podríamos sacar más provecho de nuestras potencialidades en cada fase. El ciclo ovulatorio es un signo de salud de las mujeres que debe ser tenido en cuenta de manera biopsicosocial.
Sarai Fernández
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