J. K. Rowling y el universo Harry Potter
Vuelve a nuestras pantallas la saga de Harry Potter. A los cines, Animales Fantásticos, y a las plataformas digitales las películas del niño mago. Parece que el universo Howarts se va a convertir en un clásico y así esperamos que sea. Somos muy fans de los libros de esa mujer valiente que es J. K. Rowling así como de sus opiniones y su postura ante la vida. Seguimos recomendándoselos a niños y niñas de todas las edades por motivos educativos y terapéuticas.
Decisiones muy complejas y personajes nada fáciles son una de las cosas que definen la historia. La definición del héroe del libro, por ejemplo. Es la primera vez que un héroe no es absoluto, de una pieza, sino poliédrico, ambiguo, humano, al fin y al cabo. Tiene multitud de cualidades, como no, pero también defectos. Según va avanzando la saga, aparecen sus ansias de reconocimiento, su suspicacia y desconfianza con los más cercanos, su autocompasión, su impulsividad por la que muchas veces se equivoca…
Pero es por esos defectos por los que se hace más realista la necesidad de un héroe coral. Sin sus amigos no sería el héroe que es. La inteligencia, sensatez y perspicacia de Hermione Granger, la lealtad y el apoyo casi incondicional de Ron Weasley y toda su familia, los marginados de la clase a los que Harry en muchos casos pertenece, ¿dónde antes se había visto un héroe con gafas?
Respecto a tu lugar en la clase o en cualquier grupo humano, la saga envía un mensaje de cambio muy necesario en los primeros años de nuestra vida en la que lo sentimos todo de manera absoluta e inmutable: unos años estamos arriba, Harry es reconocido y admirado, y otros abajo, a menudo Harry es humillado, denostado o temido, con total naturalidad. Precioso mensaje para todos los niños y adolescentes que son los “freaks” de su clase.
Terapéutico también el manejo de la muerte y el abandono, J.K. Rowling nos plantea un héroe huérfano y no pasa por este hecho de puntillas ni lo trata sólo para incrementar la gloria de Harry, sino que recuerda una y otra vez que Harry lo tiene presente y que no hay nada que lo borre, ni nada que pueda hacerse para cambiarlo, sólo seguir adelante y acompañarse por gente que le quiere.
La historia va más allá y no se queda solo en una visión de su micro mundo sino que lanza una mirada más social. La lucha por la pureza de la sangre alegato antirracista donde los haya, el sometimiento por el miedo, por las ansias de poder, por la amenaza a los seres queridos que tanto recuerda a la última gran guerra mundial. Cómo hay gente que sigue resistiendo a pesar de que todo parezca perdido.
Y por último el feminismo sin hacer alarde de ello porque todo el libro perfila los personajes de manera igualitaria. Tanto chicas como chicos son inteligentes, hábiles, deportistas, valientes, activos y protagonistas de forma indistinta de las aventuras, ¡y del quiditch! ¡Precioso deporte!
No podemos más que agradecer a la autora que nos haga partícipes de su mágico universo y desearle que siga escribiendo.
Edurne García Corres
Psicóloga general sanitaria y terapeuta familiar sistémica
Socia fundadora de Centro de Psicoterapia Vínculo
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