Los prejuicios sociales como mecanismos que operan a nivel inconsciente

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Tomar decisiones sociales rápidas con respecto de otros grupos distintos, externos al nuestro, se ha desarrollado como una estrategia heredada de nuestros antepasados y ha permitido adaptarnos al entorno y protegernos como grupo. Dichas decisiones son los llamados prejuicios, que son actitudes negativas injustas focalizadas hacia un grupo concreto o un miembro de dicho grupo, y como otras actitudes, está formado por tres componentes: afecto, cognición y acción.

En primer lugar, es importante saber distinguir entre tener un prejuicio, que está asociado a las estructuras emocionales del cerebro, y llevar a cabo una actitud prejuiciosa, lo cual está asociado a áreas encargadas del procesamiento consciente, principalmente en el córtex prefrontal. Por otro lado, se ha demostrado que las asociaciones cognitivas (que son los mecanismos que nos permiten elaborar los prejuicios), condicionan nuestra forma de relacionarnos con el entorno. Así, el grado de fuerza que tienen los prejuicios puede variar en función del tiempo que tardan en asentarse en nuestra mente. Es importante tener en cuenta que estos se pueden reducir si el entorno en el que nos movemos evoluciona, ya que, los prejuicios se ponen en marcha cada vez que nos relacionamos con las personas cercanas a nosotros.

Dos teorías de la psicología (el psicoanálisis y la psicología cognitiva), consideran que el prejuicio es un mecanismo que surge del inconsciente, ofreciendo cada una de ellas una explicación distinta. Desde el psicoanálisis, se entiende que en el inconsciente se almacenan aquellos contenidos o recuerdos de naturaleza agresiva o sexual. Además, plantea que el consciente e inconsciente están comunicados, de tal forma que su contenido puede “moverse” de uno a otro. Por otro lado, la psicología cognitiva entiende el inconsciente como una parte de nuestro funcionamiento cerebral que aún no ha llegado a ser conocido.

En la siguiente tabla se exponen las diferencias que hay entre la teoría del psicoanálisis y la psicología cognitiva con relación a la concepción del inconsciente:

 

TEORÍA DEL PSICOANÁLISIS PSICOLOGÍA COGNITIVA
El contenido transita del consciente a inconsciente de forma dinámica La cognición nunca ha tenido acceso al contenido inconsciente
El contenido es de tipo agresivo o sexual El contenido puede ser sobre cualquier materia
Adquiere forma de emociones Adquiere forma de cogniciones o pensamientos
Sus contenidos se manifiestan mediante un proceso de represión y de proyección Sus contenidos se manifiestan gracias al proceso de automatización, presente en todos/as nosotros/as

 

¿Qué relación existe entre el inconsciente y los prejuicios? La relación es que todo aquello que aprendemos en nuestro entorno cultural, como lo son los prejuicios, se elabora a nivel inconsciente. Desde el psicoanálisis, se establece que los prejuicios surgen en la niñez como fruto de una educación autoritaria por parte de los padres, quienes vigilan al niño para que no manifieste impulsos inaceptables. Por tanto, los prejuicios son resultado del funcionamiento inconsciente unido a la variable social y al nivel de prohibiciones que se producen en él y que la persona termina por internalizar, derivándose en ocasiones en actitudes discriminatorias.

Por su parte, el cognitivismo entiende que los prejuicios están formados por dos elementos. Por un lado, son automáticos y, por tanto, procesados a nivel inconsciente. Por otro lado, existe un componente social aprendido a lo largo de los primeros cinco años de vida, que incorpora actitudes de exclusión.

Todos y todas tenemos prejuicios, lo que no quiere decir que no se pueda luchar contra ellos. En primer lugar, una manera de luchar contra dichas asociaciones cognitivas es mediante el ejercicio de contacto con personas que pertenecen a grupos sociales distintos al nuestro en términos de religión, procedencia o ideología para así poder introducir en nuestra forma de pensar nuevos esquemas (y refutar nuestras creencias sobre dichas personas o grupos). Por otro lado, se considera que tener una flexibilidad cognitiva funciona como factor de protección ante los prejuicios. Ésta se puede fomentar mediante una educación cuyas normas, en lugar de ser rígidas, adquieran cierta flexibilidad, para que así, el niño manifieste dicha tolerancia o amoldamiento en sus interacciones sociales, dejando así de lado los prejuicios.

Todos tenemos prejuicios, lo importante es ser consciente de ellos para evitar que influyan en nuestra percepción de los demás y en nuestra manera de comportarnos. En definitiva, liberarnos de su efecto.

Bibliografía

Dovidio, J. F., Gaertner, S. L., y Pearson, A. R. (2005). Sobre la naturaleza del prejuicio: los fundamentos psicológicos del odio. En R. J. Sternberg (Ed.), La psicología del odio (p. 211- 234). Asociación Americana de Psicología. doi: https://doi.org/10.1037/10930-010

Manes, F. (21 de noviembre de 2018). La cultura del prejuicio y la cultura del encuentro. El País. Recuperado de https://elpais.com/elpais/2018/11/20/ciencia/1542716489_746673.html

Navarro, M. C., y Mebarak, M. (2014). Formación de prejuicios sociales, una revisión desde el inconsciente cognitivo y psicoanalítico. Cuadernos de Neuropsicología, 8(1), 88-106. doi: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=439643137006

 

 

Sara Álvarez Hierro

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