MICROMACHISMOS PARTE II

psicólogos pareja Madrid

MICROMACHISMOS ENCUBIERTOS

Estos micromachismos son los que atentan de modo más eficaz contra la simetría de la relación y la autonomía femenina, por su forma insidiosa y sutil que los hace especialmente invisibles en cuanto a su intencionalidad. En ellos, el hombre oculta (y a veces se oculta) su objetivo de dominio y forzamiento de disponibilidad de la mujer.

Creación de falta de intimidad: Aunque las dificultades masculinas para desarrollar momentos de intimidad son reales y al igual que en caso anterior hablamos de efectos culturales y de socialización, también cabe destacar que esto puede  ser otro micromachismo. La evitación de la intimidad puede ser utilizada como recurso de dominación cuando se intentan controlar las reglas de diálogo a través de la distancia y la evitación de perder el control sobre la mujer que generalmente es más experta en situaciones de conexión e intimidad. El hombre decide cuánta intimidad tener, de qué manera, cuanta tarea doméstica realizar, cuando estar disponible.

Dobles mensajes afectivos: En este tipo de maniobras el hombre emite mensajes de afecto con un fin manipulativo oculto y que dejan a la mujer sin posibilidad de reacción: si los acepta, es manipulada, si no los acepta es culpabilizada por no ser afectuosa.

Esta idea de control y superioridad se va tejiendo desde la infancia con la educación, valores y normas que transmite la sociedad.

En los niños puede aparecer cierto rechazo hacia las niñas apelando a su inferioridad física y esperando una reacción blanda por parte de ellas, que en el caso de no ser así se rechazará de forma agresiva.

En la adolescencia vemos otro tipo de comportamientos que  se dan en torno a los primeros acercamientos entre chicos y chicas. Aquí pueden verse desde los más sutiles como puede ser el maltrato que se da en el seno del grupo de amigos dónde estos se convierten en agentes vigilantes del comportamiento de la chica adolescente (cuestionar su fidelidad, controlar lo que hacen, desvelar intimidad de la pareja, vigilar con quien salen o cómo visten). Hasta los más graves cómo abusos sexuales, agresiones físicas, situaciones de acoso.

 

Atención psicológica de ansiedad y depresión

Encontramos en muchas consultas de psicología adolescentes y mujeres adultas que han sufrido formas de abuso que se dan frecuentemente y están visibilizadas o normalizadas, son los tocamientos sin permiso de pechos o  nalgas, de forma repentina y en público. Son formas de abuso que pretenden reforzar la idea de la valentía ante el grupo y la posición de superioridad masculina.

Estas conductas que pueden comenzar en la adolescencia y desde el grupo de amigos, que a veces se entienden como “bromas” establecen los cimientos para construir un sociedad tolerante y ciega ante el abuso y unos individuos que no reconocen el límite del respeto hacia al otro. Otro ejemplo de control es el que se ejerce sobre la intimidad y la privacidad de las adolescentes o mujeres en relación a las nuevas tecnologías. Se piden contraseñas de las redes sociales como muestra de amor y confianza o se ejerce control sobre a con quien se relacionan o de qué manera.

 

 

Estas conductas de abuso, esta forma de perpetuar diferencias de género dónde la mujer se encuentra en inferioridad en muchas áreas de su vida influye negativamente en su calidad de vida. Los efectos sobre la salud que pueden provocar las agresiones psicológicas, físicas o sexuales pueden ir desde problemas de salud psicológica cómo irritabilidad, tristeza, agresividad, sentimientos de culpa, vergüenza, dificultades de concentración, incapacidad para disfrutar; hasta trastornos de ansiedad o trastornos del ánimo, abuso de sustancias, trastornos de la conducta alimentaria, conductas de riesgo o en el peor de los casos el suicidio.

Otros efectos sobre la salud pueden ser las enfermedades de transmisión sexual o los embarazos no deseados, por la idea de no poder negociar el uso del preservativo. Además en el caso de los micromachismos asociados a la pareja, que suelen darse de una forma continuada y mantenida a lo largo de mucho tiempo, observamos ciertos efectos en la calidad de vida y salud de las mujeres.

Encuentran sus reservas emocionales agotadas, como faltas de energía para sí mismas y con una actitud defensiva por el sentimiento de impotencia y derrota. Aumenta la inseguridad y se ve disminuida la capacidad para pensar con claridad. Llegan a sentir un malestar difuso pero crónico, irritabilidad, hartazgo de la relación, parálisis de su desarrollo personal y a precisar ayuda psicológica.

Además pueden verse asociadas otros problemas derivados de las conductas de riesgo como fumar, beber o abusar de fármacos que están muy relacionadas con ciertas enfermedades como son la diabetes, la hipertensión, el colesterol, enfermedades pulmonares o hepáticas, entre otras.

Es el deber de profesionales de la salud hacer visible el efecto de desigualdad de género sobre la salud y calidad de vida de las mujeres así como lo es el de toda la sociedad percibir y no perpetuar esta desigualdad.

Leticia González Aparicio

 

“Nombrar es uno de los modos de hacer visible lo imperceptible”

Bonino ,1995

 

 

Referencias:

Bonino, L., (1995). Los micromachismos en la vida conyugal.

Servicio Madrileño de Salud. (2015). Violencia hacia las mujeres: efectos sobre la salud. Servicio de promoción de la salud y Servicio de salud pública.

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