Cómo su uso inadecuado puede favorecer la aparición de un trastorno de la conducta alimentaria
Como hemos visto en el blog anterior, las redes sociales pueden tener consecuencias negativas en la salud mental de una persona. En este caso, se hablaba sobre cómo las redes sociales repercutieron en la salud de una conocida cantante, componente del grupo de música Little Mix. Pero este no es un problema que sólo afecte a las celebridades. No es ninguna novedad que, a día de hoy, vivimos con toda la información al alcance de nuestras manos, ya que casi cualquier persona puede disponer de internet, siendo muy común el empleo de las redes sociales en el día a día. Estamos a un solo “click” de encontrar toda la información de la que queramos disponer, sin ningún tipo esfuerzo, y en las redes sociales encontramos “vidas idílicas”. Es decir, las redes sociales reflejan aquello que la persona quiere reflejar de sí misma y de su vida, pero la mayoría de las veces no se corresponde con la realidad.
Es por esto que dichas herramientas pueden convertirse en un arma de doble filo, ya que son un factor de riesgo en trastornos como los de la conducta alimentaria. Existen infinidad de filtros y de programas con los que poder alterar las imágenes que se suben a las redes sociales, pudiendo modificar nuestro cuerpo de tal forma que cumpla con los cánones de belleza impuestos por la sociedad. Hoy en día, tienen un gran impacto las “influencers”, las cuales muestran su vida a través de las redes sociales y pueden dar consejos poco saludables sobre cómo conseguir “el cuerpo perfecto”, ya sea mediante dietas restrictivas o mediante el consumo de sustancias sustitutivas de alimentos, como pueden ser batidos. El 88% de las chicas jóvenes admite que sigue este tipo de perfiles en las redes sociales, lo cual puede acarrear consecuencias negativas, como querer conseguir cuerpos poco saludables o pensar que por tener un cuerpo delgado se va a ser más feliz.
Según la Agencia de Calidad de Internet (IQUA), que analiza los contenidos relacionados con los trastornos de la conducta alimentaria en internet, refleja que el grupo más propenso a sufrir estos trastornos son las mujeres de entre 12 y 24 años. Y manifiestan que es a los jóvenes a los que afecta especialmente el mal uso de las redes sociales con una prevalencia preocupante. La IQUA también desveló que existían cerca de 2 millones y medio de publicaciones con #anorexia, y casi 4 millones con #ana y #mia (nombres clave de anorexia y bulimia). Por lo que, en 2012, la red social Instagram tomó una serie de medidas para hacer frente a este problema, incluyendo en su lista de búsquedas etiquetas prohibidas como “anorexia” “loose weight” o “probulimia”, entre muchas otras. Sin embargo, esta medida no erradicó el problema.
Por otro lado, un estudio realizado en 2016 por un equipo de médicos y psicólogos mostró que el 59,2% de los pacientes con trastornos de alimentación busca en Internet contenidos “no saludables”, que podrían poner en riesgo su salud. En concreto, este informe reflejó que el 31,6% busca cómo adelgazar rápido, el 11,6% dietas extremas para perder peso, el 10,8% busca en blogs a favor de estos trastornos y un 5,2% cómo vomitar. Y estas cifras crecen si nos referimos a los menores de edad que buscan este tipo de información (85%). También se constata que el 71,3% reconoce que estas búsquedas tienen una influencia negativa para su trastorno. Buscar este tipo de información puede ser un problema, ya que estas páginas no están filtradas y pueden no tener un soporte científico. A su vez, pueden inducir a la gente a tener conductas no saludables y también a reforzar comportamientos que pueden acabar afectando a su salud.
Para concluir, considero importante recalcar que las redes sociales no son negativas per se, sino que depende de cómo se utilicen. Es más, podrían emplearse como un medio de prevención y de transmisión de información protectora de la salud mental, enfatizando la importancia de cuidarse de una manera saludable, tanto física como psicológicamente hablando, y facilitando el acceso a servicios especializados en el abordaje de trastornos psicológicos, como pueden ser los trastornos de la conducta alimentaria.
Por tanto, es importante darnos cuenta del uso que hacemos de internet y de las redes sociales, aunque a veces no es fácil. Dar respuesta a las siguientes preguntas puede ayudarte a conocer si el uso que haces de las redes sociales es beneficioso o perjudicial para ti: ¿tienes este tipo de aplicaciones?, ¿dedicas mucho tiempo del día a emplear las redes sociales?, ¿sueles utilizar filtros y retocar tus publicaciones?, ¿qué importancia le das a la cantidad de “likes” que consiguen tus publicaciones?,¿alguna vez has buscado dietas o algún otro consejo relacionado con la alimentación por internet?
Bibliografía
Targarona, E. (2016). El 60% de pacientes con anorexia y bulimia busca en internet contenidos saludables. Acta sanitaria, Recuperado el 20 de octubre de 2019 de https://www.actasanitaria.com/el-60-de-pacientes-con-anorexia-y-bulimia-busca-en-internet-contenidos-saludables/
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