Relación de pareja: una aventura llena de desafíos

Pareja

Ya desde la infancia, recibimos un montón de información sobre lo que se espera de nosotros/as por el simple hecho de ser mujer u hombre, sobre qué cualidades debe tener un/a buen/a hijo/a, estudiante, trabajador/a, esposo/a… Todo ello influye en cómo nos vemos a nosotros/as mismos/as y a los demás, en lo que esperamos de las relaciones que establecemos, como por ejemplo, cómo vemos y vivimos las relaciones de pareja.

El amor de Hollywood o Disney se centra en los primeros momentos de relación, en el enamoramiento pasional que te ciega a las cosas “menos buenas” de tu compañero/a y en los cuales las hormonas están locamente activadas. Se muestra la relación de pareja como una relación en la que todo es de color de rosa, en la que los sentimientos y la pasión están siempre en el punto álgido, teniendo que buscar a tu media naranja, a aquella persona que te completa.

Sin embargo, estas ideas no son realistas e influyen no sólo en la imagen que tenemos de nosotros/as mismos/as (como alguien incompleto/a que necesita de otra persona para sentirse pleno/a), sino también en lo que esperamos del otro/a. Estas expectativas rígidas son prácticamente imposibles de alcanzar y dañan profundamente las relaciones. Una de sus consecuencias es que nos hace ver los roces o conflictos propios de cualquier relación como un signo de que las cosas no van bien, generando la dudas.

El camino de una pareja no es lineal ni estable, sino que las parejas pasan por diferentes etapas tras el enamoramiento principal en la que tiene que producirse un ajuste mutuo y una co-construcción de la relación, como un espacio en el que ambos miembros se sientan cómodos/as y tranquilos/as. Se trata de un momento de inestabilidad en el que es de vital importancia alcanzar un equilibrio entre mantener la individualidad de cada miembro y dedicar tiempo a la pareja, cuidando al otro y al vínculo. Por eso se dice que en una relación de pareja formada por dos personas hay tres miembros que la forman: cada uno de los individuos y el conjunto de ambos.

Robert Sternberg (1986) propuso una teoría sobre el amor que dividía éste en tres factores fundamentales: la intimidad, la pasión y el compromiso. La intimidad se refiere al vínculo afectivo que existe entre los componentes de la pareja, incluyendo el compartir y la conexión que se genera. La pasión contempla la atracción física y sexual entre los miembros. Finalmente, el compromiso se refiere a la decisión consciente de amar al otro y mantener ese amor en el tiempo (García, Fuentes y Sánchez, 2016). Esta teoría nos permite ver diferentes momentos de la relación en función de las distintas combinaciones entre dichos factores, entendiendo que lo ideal sería una pareja en la que los tres elementos estén presentes en proporciones similares.

Estar en una relación y amar al otro no significa que vayamos a estar exentos/as de momentos en los que dudemos. Los roces van a estar presentes en una pareja y hacerles frente es esencial, ya que es lo que va a permitir a la pareja evolucionar. Tener experiencias de superación de conflictos y roces fortalece a las parejas y da una sensación de seguridad y unidad a la par que una tranquilidad al sentirse preparados/as para enfrentar crisis futuras.

Como comentamos en un blog anterior, a veces es importante echar un vistazo atrás y hacer un repaso de cómo ha ido evolucionando la relación, con el objetivo de mantener aquellos aspectos que os hacen bien y con los que disfrutáis y poder reflexionar sobre aquellos aspectos que os gustaría modificar porque os generan malestar. Al final, los conflictos son momentos de impasse en los que podemos aprender nuevas formas de relacionarnos, tanto con nosotros/as mismos/as como con nuestra pareja, que nos permiten crecer.

En definitiva, la vida en pareja exige mucho esfuerzo, ya que, tal y como plantea Sternberg, implica un cuidado tanto del espacio individual de cada miembro como del espacio en común, y a veces alcanzar ese equilibrio no es fácil. Este esfuerzo necesario en la pareja forma parte del factor mencionado del compromiso. Implica elegir al otro y decidir luchar por mantener el funcionamiento de la pareja con el paso del tiempo, compartiendo tiempo de calidad y cuidando los aspectos importantes de la relación. Quiere decir que, a pesar de que en diferentes momentos aparezcan dudas, ambos/as deciden trabajar para solventarlas, manteniendo en mente el objetivo común de la pareja.

Sin embargo, también puede pasar que, al hablar sobre las dudas que puedan surgir, se tome la decisión de dejar la relación. Permitirse explorar estas dudas o diferencias es algo que puede generar mucho miedo, ya que implica mirar dentro de uno/a mismo/a y poner en la balanza qué pesa más, la decisión de seguir en la relación y luchar para que funcione o la decisión de seguir caminos separados. Por eso, es importante hablarlo en momentos donde el estrés no sea excesivamente alto, en un momento en el que se pueda hablar con tranquilidad.  Aunque resulte angustioso, puede suponer un ejercicio sanador, ya sea para mirar y observar que las cosas pueden trabajarse y mejorar, habiendo muchas oportunidades de aprender y crecer juntos/as o, por el contrario, para poder contemplar la posibilidad de una vida que implique seguir caminos separados, pero en la que ambos/as estaréis mejor. Es importante que cada uno/a escuche lo que necesita y hable desde su propia necesidad.

Desde Vínculo os invitamos a, de vez en cuando, reflexionar sobre el estado de la relación y revisar si los valores, deseos y planes de futuro de ambos/as siguen siendo coherentes y comunes con el paso del tiempo o si requieren un reajuste.

Quizás, leer este blog te haya hecho pensar en el estado actual de tu relación. De ser así, te invitamos a sopesar si los temas que sientes que te vienen a la cabeza tienen que ver con un momento vital tuyo personal o si tienen que ver con conflictos en la pareja o dificultades en la comunicación o convivencia. En ambos casos, podemos ayudarte si lo necesitas.

Bibliografía

García, F.E., Fuentes, R. & Sánchez, A. (2016). Amor, satisfacción en la pareja y resolución de conflictos en adultos jóvenes. Ajayu Órgano de Difusión Científica del Departamento de Psicología UCBSP, 14 (2), 284-302.

Sternberg, R.J. (1986). A triangular theory of love. Psychological review, 93 (2), 119.

 

 

Eugenia Gómez-Ulla

Psicóloga en Prácticas de Master

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