San Valentín y los Mitos del Amor Romántico
Cada 14 de febrero la publicidad, los comercios y tu bandeja de entrada se llenan de colores rojo y rosa, de corazones y de amor, amor y amor.
Todos los anuncios repiten la misma palabra sin cesar y el all you need is love de los Beatles se convierte en la banda sonora de estos días y todo para que encuentres el regalo perfecto para tu pareja, esa que debe ser única, por la que debes darlo todo, a la que debes fidelidad infinita y por la que tendrías que renunciar a lo más sagrado si se diese el caso, porque es única y sin ella no eres nadie.
Vamos, que para vendernos sus productos se agarran a los llamados “mitos del amor romántico” popularizados por Gustavo Adolfo Bécquer en el siglo XIX y que hemos ido manteniendo a lo largo de los años a través de los medios de comunicación, los cuentos infantiles, el cine, las canciones o incluso la religión, haciéndonos pensar que el amor, para que sea de verdad, sólo puede ser así… y entonces acabamos suspiramos para que llegue el ser que te complete.
Sin embargo, el propio creador de una de las canciones más utilizadas estos días, John Lennon, dijo algo así: “Nos hicieron creer que el “gran amor”, sólo sucede una vez. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja y que la vida solo tiene sentido si encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar en las espaldas, la responsabilidad de completar lo que nos falta.”
No nos contaron que estas fórmulas nos frustran, son alienantes, y que el amor es más extenso y complejo que el amor de pareja.
A causa de estos mitos sobre el amor romántico, le damos a la emoción más humana una exigencia inmerecida y a causa de esto, llegan a terapia numerosas personas con un gran malestar caracterizado por: trastornos de ansiedad por separación, dependencia emocional (que no es otra cosa que una adicción patológica a la pareja), una autoestima baja por no haber conseguido que lo que se supone de una relación o en el peor de lo casos, personas que caen en una relación tóxica, de celos e incluso violenta de la que es difícil salir.
La terapia se centra en revisar la forma en la que hemos aprendido a querer. Este aprendizaje que hacemos en la primera infancia, lo denominamos apego, La teoría del apego (Bowlby, 1973) ha demostrado que los llamados “primeros vínculos” son de crucial importancia en la vida, puesto que pueden ser determinantes en el establecimiento de relaciones personales posteriores.
Así, es importante ayudar a nuestros pacientes a reescribir sus experiencias de apego para que éste se torne seguro de manera que se pueda estar abierto a relaciones saludables, sean del tipo que sean, también con una misma.
Porque el amor, lo vivas como lo vivas no es cuestión de naranjas ni dueños, se parece más a caminar en paralelo y libres.
0 comentarios