LAS CONSECUENCIAS DE LA RESTRICCIÓN ALIMENTARIA
En el año 1944, la Universidad de Minnesota llevó a cabo un experimento sobre los efectos de la restricción alimentaria en personas sanas. Los investigadores querían estudiar las posibles consecuencias de la escasez de alimentos que había supuesto la Segunda Guerra Mundial en Europa. Los resultados muestran las consecuencias físicas, psicológicas y sociales que tiene la restricción alimentaria en las personas y nos ayuda a entender a quienes sufren un Trastorno de la Conducta Alimentaria y así entender los sintomas de anorexia.
El experimento estaba compuesto por cuatro fases que llevaron a acabo 36 hombres jóvenes y sanos que se ofrecieron voluntariamente a participar. Las fases fueron las siguientes:
- Fase de control: 3 meses en los que los participantes comían normalmente (alrededor de 3.200 calorías diarias).
- Fase de restricción: 6 meses en los que se redujo la ingesta calórica a la mitad (alrededor de 1.600 calorías diarias).
- Fase de recuperación: 3 meses en los que aumentó la ingesta calórica diaria y los participantes recuperaron su peso inicial (habían perdido en torno a un 25% del peso).
- Fase de realimentación: Los participantes podían comer las cantidades de comida que quisieran.
¿Qué consecuencias psicológicas tuvo la fase de restricción alimentaria sobre los participantes?
Sus comportamientos se fueron volviendo obsesivo-compulsivos. La comida era su tema principal de conversación. Estaban constantemente planeando cómo repartir la cantidad de alimentos que les subministraban y tardaban horas en realizar comidas para las que antes hubieran necesitado tan solo unos minutos. Debido a los pensamientos obsesivos en torno a la comida, aumentaron excesivamente la ingesta de líquidos (en un intento de mantener sus estómagos llenos), así como el consumo de chiles y cigarrillos (en un intento de aliviar el hambre).
Además, la mayoría de los participantes sufrieron cambios en su personalidad, perdieron sus intereses (incluido el interés sexual), tuvieron dificultades para concentrarse y estar alerta y tendieron al aislamiento social. También mostraron depresión, irritabilidad y episodios psicóticos. Estos resultados confirman que una parte importante de los sintomas de anorexia nerviosa están determinados por el estado de desnutrición (Toro y Vilardell, 2000).
¿Qué ocurrió en la fase de realimentación en la que podían comer lo que quisieran?
Cuando se suprimieron las restricciones, muchos de los participantes comenzaron a comer en exceso. A pesar de ello, decían sentir hambre continuamente, incluso poco después de una comida copiosa. Los atracones que sufrían desencadenaban náuseas y vómitos. La mayor parte de los participantes volvió a tener una conducta alimentaria normal 9 meses después de iniciarse esta fase, sin embargo, los restantes seguían comiendo hasta un 25% más que antes de comenzar el experimento.
Estos resultados muestran que la restricción alimentaria puede ser un factor desencadenante de los atracones debido a la intensa sensación de hambre que se siente al volver a comer de forma normal. Esta sensación de hambre intensa es la misma que sienten las personas con sintomas de anorexia cuando inician su realimentación, siendo esta sensación un factor ansiógeno ya que puede significar la pérdida de control.
Referencias:
Keys, A., Brozek, J., Henschel, A., Mickelsen, O., y Taylor, H. L. (1950) The Biology of Human Starvation I–II. University of Minnesota Press, Minneapolis, MN.
Toro, J., y Vilardell, E. (2000). Anorexia nerviosa. Barcelona: Martínez Roca.
Marta Mozas Alonso
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