TRATAMIENTO EN LA ANOREXIA Y TERAPIA DE EMOCIONES

Tratamiento anorexia madrid

07/04/2017

LAS EMOCIONES Y LA CRÍTICA EN EL TRATAMIENTO DE LA ANOREXIA, BULIMIA Y TRASTORNO POR ATRACÓN

LA TERAPIA FOCALIZADA EN LA EMOCIÓN (TFE)

Se ha observado que los comportamientos de los trastornos de la alimentación (como hacer dietas muy restrictivas, los atracones o los vómitos) ayudan a los pacientes a controlar aquellas emociones que sienten como abrumadoras e intolerables (como la ira, la tristeza y la vergüenza). La vergüenza y la autocrítica destructiva son dos características típicas de los pacientes con trastornos de la alimentación: anorexia, bulimia, trastorno por atracón…, por lo que un tratamiento de la anorexia efectivo debería tratar y aliviar estas dos emociones. Para ello, destaca un tipo de terapia, que se llama terapia focalizada en la emoción. Este tipo de terapia se centra en las emociones y en el papel que tienen en la atribución de significados y en el bienestar de las personas. Es decir, las emociones nos proporcionan información sobre el entorno en el que vivimos, nos ayudan a tomar decisiones y a organizar nuestras acciones. Sin embargo, no siempre son adaptativas. Por tanto el objetivo de la terapia focalizada en la emoción (TFE) es identificar y diferenciar las emociones adaptativas (que son beneficiosas para la persona y la permiten adaptarse a su entorno) de las desadaptativas, con el fin de modificar estas últimas.

La principal forma de trabajo de la TFE es la técnica de las dos sillas para trabajar con conflictos internos entre dos aspectos de la persona, que son la parte crítica y la parte criticada. Para ello, se usan dos sillas. El paciente primero se sienta en una y hace de su parte crítica, lanzando a la silla que tiene en frente los mensajes que suele mandarle su parte más crítica (ej: no vales nada, nunca serás lo suficientemente buena…). Después, el paciente se sienta en la otra silla y hace de la parte criticada, la que recibe la crítica. Ahí, expresa lo que le hacen sentir los mensajes que le manda la parte crítica, diciéndoselos explícitamente. También se le pide que exprese qué es lo que necesita de la parte crítica. El paciente va cambiando de sillas hasta que la parte crítica se suaviza y reconoce las necesidades de la parte criticada; es decir, hasta que el conflicto entre ambas partes se resuelve.

Este tipo de terapia se puede utilizar en el tratamiento de personas con trastornos de la alimentación: anorexia, bulimia, trastorno por atracón… ya que son pacientes que tienen dificultades para identificar, acceder y dejarse guiar por emociones saludables. Se ha empezado a aplicar este tipo de terapia en formato grupal, ya que se ha visto que la terapia de grupo ofrece aprendizaje interpersonal (los pacientes aprenden unos de otros); reduce la sensación de soledad, ya que los pacientes comprueban que no son los únicos que tienen un problema y ayuda a reducir sus emociones de vergüenza.

Psicoterapia Madrid TCAEn este estudio se trabajó con seis pacientes (todas mujeres) con trastornos de la alimentación (tratamiento anorexia, bulimia y trastorno por atracón) que recibieron terapia de grupo durante doce semanas. En la primera sesión se les informó sobre los trastornos de la alimentación, las emociones y la relación que existe entre ambos. En las siguientes sesiones, las pacientes realizaban la tarea de las dos sillas (parte crítica y parte criticada) y al final de cada sesión dedicaban un tiempo para hablar sobre lo ocurrido. Como tareas para casa, se les pedía que rellenasen unas hojas en las que hablasen sobre su experiencia en el grupo y su opinión sobre él, además de tener que escribir cartas a su parte crítica (a la que muchas se referían como la voz del trastorno de la alimentación).

 

Al analizar sus opiniones sobre el grupo y las cartas a sus voces críticas se observó que:

  • Gracias a la tarea de las dos sillas, las participantes eran capaces de separar la voz crítica de su voz interna/sus sentimientos y emociones más profundos. Es decir, antes de realizar la tarea de las dos sillas, las participantes solo eran capaces de identificarse con su voz crítica, pero con el paso de las sesiones fueron capaces de reconectar con su verdadera identidad. Se dieron cuenta de que su voz crítica no define lo que son.
  • Al separar la voz crítica de su verdadera identidad, se dieron cuenta del impacto negativo que tenía la voz crítica sobre ellas.
  • Se dieron cuenta de que, a pesar del impacto negativo que tenía la voz crítica sobre ellas, ésta también cumplía una función protectora, porque las había ayudado a manejarse y soportar momentos y emociones difíciles en su vida.
  • La terapia en grupo las ayudó a identificar, expresar y aceptar aquellas emociones que antes no eran capaces de expresar. Aprendieron a expresar y dirigir emociones como el enfado hacia su parte crítica y no hacia ellas mismas.
  • A medida que aprendían a identificar y expresar emociones que habían reprimido, las pacientes pudieron identificar necesidades que habían evitado. Por ejemplo, mediante la tarea de las dos sillas, le expresaban a su parte crítica lo que necesitaban de ella (ej: dame tiempo y espacio para poder conocerme tal y como soy y poder enorgullecerme de todo lo que he conseguido).
  • A pesar de que el grupo estaba formado por pacientes con distintos diagnósticos (dos tenían anorexia, una tenía bulimia y las otras tres tenían trastorno por atracón), todas tenían en común la voz crítica. Además, todas aprendían la una de la otra y se sentían identificadas con la paciente que hacia la tarea de las dos sillas.

 

En conclusión, todas las pacientes comenzaron la terapia sintiéndose identificadas con su voz crítica interna (a la que también llamaban voz del trastorno alimentario). Con el paso de las sesiones, fueron capaces de separar esa voz crítica de su verdadera identidad y de expresar su ira o enfado hacia fuera en vez de dirigirlo hacia sí mismas.

Como anécdota personal, llevo varios meses como psicóloga en especialización acudiendo a un grupo de pacientes con trastornos de la alimentación, en el que llevo a cabo tareas de observación. No solo presentan diagnósticos y características clínicas distintas, sino que también se encuentran en distintos momentos terapéuticos. Sin embargo, más que ser un impedimento, esta diversidad potencia la terapia de grupo. Las pacientes se ayudan las unas a las otras, compartiendo sus experiencias y aquello que les funcionó en sus momentos más difíciles, confiando en que cada una de ellas es capaz de superar la enfermedad. Puede que ellas no sean conscientes de ello, pero al observarlo desde fuera, se puede apreciar el gran apoyo que se ofrecen las unas a las otras, sin dejarse caer y, en caso de que esto suceda, ayudándose a levantarse.

Andrea Caballero Bragado

Brennan, M., Emmerling, M., &Welton, J. (2015). Emotion-focused group therapy: addressing self-criticism in the treatment of eating disorders. Counselling and Psychotherapy Research, 15 (1), 67-75.

http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/14733145.2014.914549

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