TERAPIA HUMANISTA Y EMOCIONES

terapia humanista madrid

27/07/2018

EL MAPA DE LAS EMOCIONES Y LA TERAPIA HUMANISTA

 

¡En pleno verano y casi vacaciones! Para muchos, las vacaciones son un atardecer en una playa prácticamente desierta; Cuando preguntamos qué sientes cuando te evocamos esto, la mayoría dicen CALMA. Y, ¿qué es la calma? Podríamos discutir sobre esto, pero gran parte de nosotros asociamos la calma a la tranquilidad, al equilibrio o a la paz. Mi segunda pregunta es: ¿estás seguro de que todas esas palabras son una emoción? ¿No es acaso la calma la falta de activación?

 

Te propongo un ejercicio sencillo, por favor, visualiza como se pone el sol en pleamar, con unas olas muy pequeñas, ¿podrías decime qué sientes? Puede que te resulte muy difícil encontrar una emoción, muy bien, ahora te lanzo otra pregunta, ¿sientes en alguna parte del cuerpo la sensación?

 

Puede que tu respuesta sea que no, que no sientes ninguna parte con más actividad que otra. Ahora te propongo otro ejercicio sencillo, sigues en esa maravillosa playa y de pronto, un ser querido desaparece de tu campo de visión, miras a cada lado, pero no lo ves. ¿Qué sucede ahora? ¿Qué sientes y en que parte de tu cuerpo lo sientes?

 

Como ves, todo ha cambiado, ¿qué has sentido? Muchos de nosotros nos referiremos a un pinchazo en estómago, otros hablarán del impulso de ir a buscarlo o gritar su nombre y otros, los más avanzados en “esto de las emociones” dirán que han sentido un miedo intenso. Todos dicen la verdad, pero sólo algunos saben ponerle el nombre a esa vivencia experiencial.

 

¿Sabías que si en la playa, junto a ti, hay una persona de Finlandia y otra de Marruecos a las que les ha ocurrido lo mismo, sentirán esa emoción en el mismo lugar de su cuerpo que tú? Según un estudio de terapia humanista, publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences, tenemos los mismos patrones recurrentes a la hora de experimentar emociones, hasta el punto que pudieron crear un mapa específico emocional.  Por ejemplo, descubrieron el increíble efecto en nuestro calor corporal que tienen la alegría y el amor, mientras que la tristeza y la depresión nos vuelven fríos y distantes. Por otro lado, el desprecio y la envidia son emociones muy parecidas en su manifestación, y el orgullo prácticamente enciende nuestro rostro y pecho al rojo vivo. Saber donde sentimos una emoción es la primera vía para llegar a nuestra emociones primarias cuando no se nos da muy bien reconocerlas.  Estos cambios físicos son la llamada de nuestro cuerpo cuando no hacemos demasiado caso a nuestras emociones -nuestras necesidades-, a veces porque no nos han enseñado a diferenciarlas y otras muchas por una tendencia a  trivializarlas o castigarlas.  Disfrazamos las emociones que nos dicen “qué queremos” por las del “qué debemos”.

terapia humanista expertos

 

Un ejemplo práctico, realizamos un buen trabajo que no se nos es reconocido y nos sentimos molestos por ello. Si ahondamos más, lo que podemos encontrar es una profunda tristeza por no sentirnos lo suficientemente valorados (algo que se traduce por una pérdida de afecto) que si no comunicamos puede que desemboque en una gran desmotivación laboral, un malestar que puede ser el camino de otros como la depresión.

 

En Vínculo, la terapia humanista focalizada en las emociones es esencial en nuestro trabajo, nos ayuda a que os conozcáis mejor y que, juntas, aprendamos a distinguir vuestras emociones. Mediante esta terapia, nuestras chicas favoritas, las emociones, son atendidas, validadas y aceptadas convirtiéndose en el agente ideal para el cambio.

 

Sarai Fernández

Quizá te interese…

¿COACH O PSICÓLOGO?

¿COACH O PSICÓLOGO?

Cuando acudir y como elegir profesional   ¿Son lo mismo?, ¿quién hace qué?, ¿alguno será mejor que otro para mí o...

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *