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The Whale (La ballena)

¡SPOILER ALERT!

Llega al cine una película tan dolorosa como necesaria, en la que el personaje principal nos hace empatizar con una enfermedad que va más allá del peso; a lo largo de la trama vemos como Charlie sufre de depresión, producto de un duelo, la cual lo lleva a la muerte, desde que pierde a su novio y se culpa por no poder ver a su hija vemos que tiene una ingesta descontrolada por sucesos que no ha sabido gestionar y en respuesta a los sentimientos de estrés, tristeza y soledad.

 

Charlie sufre de hambre emocional y seguro te estarás preguntando; ¿a qué nos referimos con esta?, es el hambre que se presenta de manera repentina y que no cesa al ingerir una cantidad de comida que normalmente nos satisficiera. No se trata de una sensación real de hambre, sino del deseo inconsciente de llenar un vacío, el cual no se encuentra en su estómago; incluso vemos como tiene un atracón y ahí podemos entender también, ¿qué hay detrás de estos?:  el sitio web cometeelmundotca.es menciona que Recurrir a los atracones de comida puede ser la forma del cerebro de protegerse del rechazo y el abandono por parte de los demás, se podría hablar de un autosabotaje interno, y resulta paradójico porque a través de atracón se aumenta de peso y el rechazo físico puede fomentar la exposición cada vez menor a los demás, y las condiciones en las que se realiza el atracón además, es a escondidas y en solitario, entonces el efecto Pigmalión actuaría en estas circunstancias como forma consciente de temer el rechazo pero inconscientemente se rechazan a ellos mismos.” Charlie recurre al atracón aunque este lo hará sentir peor después, prefiere el placer “instantáneo” que encuentra al refugiarse en la comida, como habilidad de afrontamiento decide no velar por su salud y destinar todos sus recursos financieros a su hija por la culpa que experimenta por haberla abandonado.

 

El estigma de peso juega en contra de la depresión de Charlie, podemos ver cómo es juzgado, tachado y hasta menospreciado tanto por los demás como por el mismo por su peso, ya que el estigma hacia las personas obesas es real y resulta en muchas ocasiones hiriente, esto lo vemos cuando él por ejemplo no enciende nunca su cámara o cuando los demás le demuestran y hasta le dicen que da asco. Nos deja mucho que pensar, nos hace empatizar con las enfermedades y nos hace entender que no tenemos derecho de hablar sobre los cuerpos ajenos, no sabes lo que puede estar pasando en la vida de esa persona ni porque está así. “La búsqueda de la pérdida de peso, incluso en nombre de la salud, perpetúa el sesgo y el estigma del peso corporal”.

 

Si no trabajamos lo que está detrás del duelo, la culpa y/o la tristeza no podemos ver la realidad del problema y la manera de gestionarlo con la comida siempre volverá. En el centro de Psicoterapia Vínculo los/las profesionales comprendemos todas las caras de un mismo problema, y trabajamos en coordinación cada una de ellas. Pide ayuda si la necesitas. ¡Aquí estamos!.

 

Josmary Brazón

 

EXCESO DE CONTROL Y RELACIONES SOCIALES EN TCA

La necesidad imperiosa de tener la sensación de tener todo bajo control genera un nivel de ansiedad y de desgaste que precipita los síntomas de un Trastorno de la Conducta Alimentaria. En el terreno interpersonal, el sentimiento de que te vean vulnerable es muy desagradable, les genera mucho rechazo y lleva a estas pacientes a generar una coraza que limita el acceso a su yo interior.  Se trata pues, del aislamiento social tan típico en estos casos.

¿Cómo es esta coraza?

  • Cara de máscara: sonrisa fija pero inexpresiva. Sentir como algo peligroso o perjudicial la expresión de cualquier emoción, hasta llegar a una incapacidad de expresar. La situación interpersonal se vuelve algo ansiógeno y desagradable, como si te estuvieran evaluando todo el tiempo. No debo fallar. No puedo ser yo mismo/a, pues debo ser perfecto/a. Utilizo la expresión “estoy bien” como una forma de tranquilizar al/la de enfrente y que no me obligue a expresar lo que siento o a profundizar en ello.
  • No sé lo que siento: soy muy sensible a las críticas y a las opiniones de los/las demás. Siento que pueden desmontarme. No me doy cuenta de lo que me dice mi cuerpo, no hay sensaciones físicas asociadas a emociones. No puedo llorar, ni ponerle etiqueta a lo que siento. No puedo verle el sentido a tanto sufrimiento dentro de mí. Parece que he nacido sólo para esto. Me juzgo cualquier expresión o conexión emocional, la critico y la intento rechazar, sobre todo las desagradables.
  • Soy rígido/a: no me sientan bien los cambios de última hora o las improvisaciones. No existe la comodidad en lo difuso o en lo flexible. Tengo que rehacer aquellas tareas que he delegado en otras personas. No tengo tiempo para mi que no sea productivo, que sea simplemente por el disfrute. Siento que sólo puedo sentir que valgo si soy perfecto, sin posibilidad de medias tintas.
  • Me aíslo: si una persona me falla, me ha perdido para siempre. No hay posibilidad de reparar nada. Me siento tremendamente incómodo/a en situaciones de conflicto, por lo que digo que sí a todo, incluidas cosas con las que no estoy de acuerdo. A veces no logro empatizar con el otro. En las conversaciones me muestro monosilábico/a y se generan silencios en los que no puedo aportar más cosas.
  • Envidio a otros y me siento amargado/a: me siento inferior a otras personas y me gustaría ser como ellas, aunque no soy capaz de reconocerlo porque eso me hace sentir peor persona. Me cuesta dejarme ayudar.

El equipo terapéutico de Vínculo está formado para ayudar a este perfil de pacientes a flexibilizar y mejorar sus relaciones interpersonales, en las que se incluye, por supuesto, la relación con uno/a mismo/a. Como objetivo, nos proponemos ayudarte a lograr una vida que merezca la pena compartir.

José Miguel Budia

Psicólogo.

Lista

¿OBJETIVOS PARA EL 2023?

Bajo la necesidad de sentir el control y tranquilidad las personas con TCA tienden a ponerse objetivos para el año formulados desde lo compensatorio: dieta + ejercicio para quemar todo lo consumido durante las navidades. Desde Vínculo os dejamos unas alternativas que ponemos en práctica y que suelen ayudaros.

SE CONSIGUE CONTROL Y TRANQUILIDAD…

…recordando que la solución a sus problemas y dificultades no está en un físico concreto o en una dieta concreta. Soy igual de válido/a o capaz de lograr el bienestar sin la necesidad de pesar X Kg o comer o dejar de comer X comida.

SE VUELVE AL CALLEJÓN SIN SALIDA…

…dejando de lado mis necesidades afectivas y centrándome en autoexigirme y machacarme para mantener una rutina de compensación alimentaria y de realización de actividad física extenuante.

SE CONSIGUE CONTROL Y TRANQUILIDAD

…siendo capaz de exponer mis emociones en un entorno social y familiar saludable (lo que, a veces, puede conllevar reestructurar también ciertos aspectos del entorno en sí o cambiar de entorno).

SE VUELVE AL CALLEJÓN SIN SALIDA…

…dejando de lado los planes con los/las míos/mías por tener que ir a entrenar o ir a cenar a casa (para no salirme de mi dieta).

SE CONSIGUE CONTROL Y TRANQUILIDAD

…permitiéndome periodos de descanso y de distracción en los que hacer cosas que te llenan o te ilusionan, estado solo/a o con gente.

SE VUELVE AL CALLEJÓN SIN SALIDA…

…vivir la fatiga física y mental como un premio, como un estado en el que se debe estar para ser feliz (porque significa que he sido productivo/a).

 

Desde Vínculo ahora estamos de campaña post-navidad, ayudando a las personas y sus familiares a afrontar las consecuencias que las reuniones y comidas/cenas familiares han podido tener en aquellas personas con TCA. Con la formación de Experto/a en TCA que impartimos en el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, ofrecemos terapia a bajo coste, para que sea más accesible a las personas sin recursos, dando la posibilidad también a los/las nuevos/nuevas profesionales en prácticas a aprender el modelo de Vínculo, con 20 años de experiencia trabajando de forma especializada y multidisciplinar ante este tipo de trastornos.

José Miguel Budia

Psicólogo

IDENTIDAD

SI NO SOY SÓLO CUERPO O COMIDA, ¿CÓMO DEFINIRME? LA IDENTIDAD EN LOS TCA

El paso de definirse, es decir, la búsqueda de la identidad, la clarificación de los valores y la desaparición de la sensación de vacío es uno de los objetivos a trabajar en la reconstrucción terapéutica de una persona con un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA).

En los TCA la identidad queda distorsionada por los “parches” que la enfermedad pone para rellenar los huecos que la persona, durante su desarrollo y por múltiples circunstancias, no ha sido capaz de rellenar para responder a las preguntas “¿Quién soy?” o “¿Por qué me siento así?”. Estos huecos producen una sensación de angustia y vulnerabilidad que hacen sucumbir a una persona, de forma inconsciente, a la estrategia desesperada de encontrar la sensación de control en torno al cuerpo, a la comida, y a una organización de la vida basada en creencias y valores rígidos, extremos y que acaban dejando a la larga a la persona en una situación de constante fracaso.

 

A la hora de reconstruir, nos basamos en 4 dimensiones fundamentales en cuyo trabajo terapéutico debe centrarse:

  • Identidad individual primaria: Conciencia de que YO existo y soy un ente independiente de aquello que me rodea. Hablamos de que una persona tiene el derecho de decidir quién ser, aunque no se adapte a patrones familiares o culturales o a las expectativas de aquellos que le rodean si no quiere.
  • Identidad intencional: sensación de actividad, de estar vivo, de tener una ruta vital que te gusta, que te ilusiona y te hace vibrar. Lo opuesto es la sensación de “coche roto”. Es coloquialmente valorada en las entrevistas de trabajo con pregunta “¿cómo te ves dentro de 5 años?”. Es la típica pregunta en la que las empresas quieren saber si tu intención es la de identificarte con ese puesto de trabajo, porque así mantendrías probablemente tu puesto y te motivaría rendir en él; o por el contrario, si ves el puesto como un medio hacia un fin, y de ese modo abandonarías el puesto en cuanto saliera algo de lo tuyo.
  • Identidad personal: el tiempo pasa y yo soy la misma persona. En esta identidad te comparas con las otras personas porque las ves crecer contigo y siguen siendo aquellas personas con las que, por ejemplo, jugabas cuando erais pequeños. En TCA y en personalidades narcisistas, esta identidad sucumbe a la comparación con el otro en términos de mejor/peor, en lugar de verse como similares/diferentes. Si tienes baja autoestima y no sabes gestionar tus emociones, siempre tenderás a compararte con aquellas personas que percibas como superiores. El tratamiento aquí consiste en que puedas centrar tu identidad personal en la autosuperación y en el entender que las personas siguen caminos diferentes en contextos diferentes al tuyo, independientemente de que las percibas como superiores o inferiores. Además, es necesario Educar en la Falta, esto es, entender que no hay nadie completo, que todas las personas somos seres imperfectos, y que podemos ser felices con nuestras imperfecciones.
  • Identidad vocacional: es encontrar aquello en lo que te quieras dedicar porque es algo que te gusta de verdad, que además se me da bien, que merezco estar ahí porque me veo capaz y que me aporta autoestima. Muchas veces estamos en ciertas carreras porque “es lo que querían mis padres” o porque “es lo que más salidas laborales tiene”, pero no estamos en aquella carrera que “me resulta interesante” que “me han dicho que sería bueno/a haciendo esto”, o que “me han dicho que sé muchas cosas de ese tema”. Esta identidad tiene un gran PERO, y es que hay que tener en cuenta una vocación libre de enfermedad. Con el pensamiento obsesivo de los síntomas de cuerpo y comida una identidad vocacional no florece, sino que atrapa y una persona jamás se librará de la ansiedad si toma ese camino. Si cuanto te den el alta sigues queriendo ser repostera, o modelo, o culturista, o atleta, o nutricionista, o psicóloga, entonces sí que será vocacional.

José Miguel Budia

Psicólogo

deporte y tca

 ¿Cómo puede ayudarte el deporte si estas pasando por un TCA?

Deportes y TCA.

Primero, partamos de que durante muchos años los deportes no fueron elegidos parte del tratamiento de los TCA debido a la estrecha relación que existe de padecer alguno de estos en el mundo deportivo, específicamente en aquellos donde se atrae gente con mayor vulnerabilidad y que exponen al/la que lo practica a llevar su cuerpo a un modelo muy específico pero, también es necesario resaltar que restringir el ejercicio en pacientes con TCA perjudica que luego mantengan una relación sana con el mismo, también puede tener consecuencias muscoesqueléticas dañinas para la persona entre otras consecuencias.

Sabiendo que no es recomendado en todos los casos; en primer lugar, para saber si puedes practicar algún deporte si tienes un TCA o sospechas que tienes alguno debes consultarlo con un especialista. Una vez que esté autorizado y estés preparadx para ello; debes elegir una práctica que se ajuste a tu personalidad así puede ayudarte a reconciliarte con el deporte/ ejercicio conociendo que no tiene que ser necesariamente una actividad física que resulte dura o exhaustiva, hablado sobre tus limites y respetándolos.

Realizar la actividad que se elija para satisfacer y no por obligación puede ayudarte en tu proceso terapéutico.

Algunos beneficios que puede aportar la práctica de algún deporte como herramienta de bienestar en un TCA son los siguientes:

– Mejora la confianza en ti mismx, está comprobado que en la mayoría de los casos el deporte suele ser una ayuda en la autoestima lo cual colabora a nivel terapéutico.

– Actúa como regulador emocional.

– En deportes de equipo favorece la socialización.

-Disminuye síntomas depresivos o ansiosos ya que es un liberador de endorfinas, dopamina y serotonina.

 

En conocimiento de lo dicho anteriormente y revisando diversos estudios que se han realizado en la actualidad podemos decir, que el ejercicio o la realización de algún deporte de manera saludable, en estos casos siempre con autorización y supervisión puede ser un buen acompañante del proceso terapéutico en casos de TCA.

Desde Vinculo apoyamos cualquier práctica mientras contribuya en la mejoría del/la paciente, tenemos un equipo que puede ayudarte en la toma de la decisión.

 

Pide ayuda si la necesitas.

 

Josmary Brazón

¿QUÉ ES LA PSICOTERAPIA? ¿QUÉ PODEMOS ESPERAR CUANDO DECIDIMOS IR AL PSICÓLOGO?

Aquí vamos a contarte que puedes esperar cuando acudes a Vínculo.

Muchas personas dicen como razón para no pedir ayuda o no venir a terapia: “yo no creo en los psicólogos”. La verdad es que hace años, quizás unos cuantos más de los que me gustaría reconocer, me molestaba mucho ese argumento. Incluso, me llevaba a comentar enardecida “¡la psicología es una ciencia! Nadie dice que no cree en las matemáticas…” El tiempo me ha ido ayudando a ver que eso, en muchos casos tiene más que ver con las dificultades de la persona para confiar, para dejarse a ayudar o en muchos casos también con el desconocimiento.

Por desgracia, (porque aunque estos tiempos que corren estén siendo buenos para la oferta laboral de los psicólogos, no nos alegramos del malestar causado) todo el malestar psicológico ocasionado por la pandemia del Covid-19 está favoreciendo el cuidado de salud mental y por tanto, que se conozca más la labor de los psicólogos.

Resumamos las características de lo que desde el Centro Vínculo nos parece un buen proceso de Psicoterapia:

  • Debe ser un ESPACIO SEGURO tiene que ver con el que el espacio físico sea agradable y cómodo. Esto es algo en lo que en Vínculo nos empeñamos mucho, que las personas que vienen “se sientan en casa”. Pero sobre todo hablamos de un espacio “metafórico”, donde la persona sienta que puede decir cualquier cosa sin ser juzgado ni etiquetado. Donde podrá abordar todo aquello que le preocupa, y le hace iniciar un proceso de psicoterapia, sintiéndose cómodo en el ritmo y en la manera, así como todo aquello que surja en la relación entre terapeuta y paciente.
  • Esto último es muy importante a lo largo de todo el proceso, ya que muchas de las dificultades de las personas tienen que ver con cuestiones RELACIONALES. Cuando puedes decirte a tu terapeuta como te sientes con ella/él en todo momento es que la relación es de aceptación incondicional.
  • En este espacio es donde se podrá realizar a lo largo de todo el proceso la ALIANZA TERAPEÚTICA: la conexión necesaria entre terapeuta y paciente para que se dé la empatía, la aceptación y  la honestidad entre ambos que posibilite el trabajo.
  • El terapeuta acompaña a la persona adaptándose y sus necesidades y su proceso a través de objetivos consensuados con la persona que acude.
  • Debe ser un proceso en el que ir al pasado para trabajar el presente. Ahondamos en conocer la historia de la persona para poder entender su manera de funcionar en el presente.
  • No es una charla es un proceso de AUTOCONOMIENTO PERSONAL ACOMPAÑADO donde cada paso que se da tiene un objetivo y está encuadrado en un proceso técnico avalado por diferentes corrientes de la psicología con evidencia científica: técnicas humanistas, cognitivo conductuales, centradas en el apego y /o el trauma, terapia familiar sistémica….
  • Requiere de CONSTANCIA Y COMPROMISO. La terapia no es mágica. Requiere de tiempo, para establecer esa relación segura donde poder mostrarnos con nuestra vulnerabilidad. Y sobre todo requiere de una intención activa por parte de la persona que acude. Como decimos por aquí en Vínculo: “la terapia es lo que ocurre entre las sesiones”.
  • Y las sesiones no siempre son fáciles, pero si deben ser PRODUCTIVAS.
  • Aunque se den todos estos factores no siempre es el momento de trabajar o a veces las personas necesitan un respiro en el proceso e interrumpir las sesiones por un tiempo. Por supuesto es adecuado y necesario si así lo siente la persona. Por ello es necesario ir revisando cada cierto tiempo el proceso y si es el caso, poder realizar ese paréntesis hablando sobre ello abiertamente. Si la relación que se ha establecido ha sido realmente segura y terapéutica la persona podrá hablarlo con su terapeuta.
  • Todo esto se hace especialmente importante cuando el proceso de terapia es por un TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA (Anorexia, Bulimia u cualquiera de sus variantes) y la participación de toda la familia es necesaria para la recuperación.
  • En Vínculo siempre trabajamos con la visión FAMILIAR SISTÉMICA en cualquier persona a la que acompañamos ya que es nuestro marco de referencia desde el que entender la psicoterapia. Levamos 20 años acompañando a familias afectadas por ANOREXIA, BULIMIA, TRASTORNO POR ATRACÓN o cualquier sintomatología de patología alimentaria. La participación de todo el entorno, especialmente de la familia nuclear es un factor de buen pronóstico que potencia el avance y la mejora junto con las terapias familiares y grupales.

 

Si aun así, tienes dudas o no tienes claro si la terapia te puede ayudar, María Contreras o yo, Silvia Ortega, que somos las directoras del centro siempre tenemos unas primera sesión gratuita para poder resolverlas, conocernos, contarte cómo trabajamos y asignarte al terapeuta más adecuado para tu dificultad. No dudes en llamarnos si es así.

Y como también decimos por aquí: ¡LA TERAPIA ES PARA LOS VALIENTES!.

 

 

Silvia Ortega Membrilla

Codirectora del Centro Vínculo

Especialista en Terapia Familiar y TCA

Coleg. Num M-17369

tca

Esquemas de pensamiento y TCA

La alimentación y las señales positivas relacionadas con el apego, esto es, con los pensamientos, sentimientos y actos en relación con cuidadores o iguales significativos, son reforzadores primarios, es decir, son elementos positivos y gratificantes para nosotros de forma innata.

Cuando estos dos elementos nos faltan, nuestro cerebro crea una señal de alarma cerebral que, mantenida en el tiempo en su frecuencia, intensidad y duración, y teniendo en cuenta la persistencia en diferentes situaciones físicas y sociales, hace a la persona más vulnerable al padecimiento de un TCA.

La vulnerabilidad reside en que la persona, ante este tipo de carencias o de otros tipos de negligencia en la comida o el apego, desarrolla los Esquemas Desadaptativos Tempranos (EDT), que son estructuras de creencias firmes, rígidas y estables sobre el funcionamiento de uno mismo o de las relaciones con los demás. Se desarrolla durante la niñez y la adolescencia, y se refieren a las creencias sobre el apego a los demás, la autonomía, la autoeficacia percibida, el sentido de identidad, la capacidad de expresar necesidades y emociones válidas, la capacidad de establecer límites y la autoestima. Cuanto más grave es un EDT, mayores serán las situaciones activadoras y con mayor frecuencia producirán emociones intensamente negativas.

De este modo, Young entendía que los síntomas del TCA, los relacionados con el cuerpo y la comida, eran también la cara visible de una problemática ontogenéticamente más antigua y estable, y que tenían menos que ver con cuerpo y comida, que son estos EDTs. Se dio cuenta de que, trabajando los esquemas, conseguía reducir los efectos de la sintomatología prototípica de los TCA.

Se ha visto, por ejemplo, que el EDT de Young relacionado con el abandono/inestabilidad, como creencia ya mencionada como rígida y estable, está relacionado con atracones y el sedentarismo.

Se trata pues de otro ejemplo más en el que destacamos lo importante de una intervención psicológica temprana en los casos de TCA, sobre todo cuando se detecta en edades tempranas. La importancia de estudiar el tipo de apego que desarrolla una persona con sus cuidadores e iguales en las primeras etapas, así como la manera que tiene de verse a sí misma en sus competencias y en su aspecto, son elementos de prevención que pueden salvar familias enteras e incluso vidas.

Desde Vínculo hacemos evaluaciones psicológicas en las que identificamos el TCA desde la cara clásica y también desde esta cara más relacionada con pensamientos y creencias. Resolvemos las dudas y os ponemos en manos de buenos/as profesionales para que la problemática desaparezca lo antes posible. Es una cuestión de tiempo, de mucho trabajo duro y en equipo y, sobre todo, de entender la psicopatología.

José Miguel Budia

Psicólogo, doctorando en Psicología Clínica

 

Referencias

Unoka, Z., Tölgyes, T., Czobor, P., & Simon, L. (2010). Eating disorder behavior and early maladaptive schemas in subgroups of eating disorders. The Journal of nervous and mental disease, 198(6), 425–431. https://doi.org/10.1097/NMD.0b013e3181e07d3d

Atracon

¿ATRACONES DE CULPA o DE COMIDA?

No es sólo por lo que da el alimento. Es por lo que se esconde tras él.

No es sólo por la velocidad a la que se come. Es por lo que se tiene prisa.

No es sólo por la cantidad ingerida. Es por el vacío que hay que llenar.

No es por la cantidad disponible, sino por lo que necesito abarcar.

No es por lo que falta en la nevera. Es porque no tenemos otra manera de enterarnos.

No es que no te lo quiera contar. Es que no te quiero preocupar.

No es que no quiera parar. Es que no me veo capaz.

No es quererte impedir que accedas a la comida. Es que te quiero cuidar.

Necesito hablar contigo y no me puedo expresar.

Hablo mucho en general, pero no me puedo comunicar.

Tengo ganas de estar bien contigo, pero no te quiero defraudar.

No es “si tiene hambre, que coma”, es que no logra conectar.

Es una adicción, no una falta de fuerza de voluntad.

 

Todas las frases simbolizan situaciones de pacientes reales de Trastorno de Atracones o de Bulimia Nerviosa. Todos podemos tener atracones de comida, pero las personas con TCA tienen atracones de culpa.

Si no trabajamos lo que está detrás del atracón de culpa y nos centramos sólo en el atracón de comida, el atracón volverá. En el centro de Psicoterapia Vínculo los/las profesionales comprendemos todas las caras de un mismo problema, y trabajamos en coordinación cada una de ellas.

 

José Miguel Budia

Doctorando en Psicología Clínica

Centro de Psicoterapia Vínculo

TCA

Relación TCA con población por debajo de 14 años

Los trastornos alimentarios son uno de los problemas más prevalentes en salud mental, sobre todo en mujeres y niñas, muy marcado por la cronicidad y la recaída. Estudios recientes apuntan a una tasa de prevalencia de trastornos de la alimentación de un 4,1-4,5% entre los 12 y los 21 años (ACAB, 2021). Por lo que parece necesario empezar a plantear intervenir en edades más tempranas donde los TCA pueden estar gestándose.

Cabe destacar que los TCA son enfermedades con importantes dificultades para el diagnóstico en la edad pediátrica: a nivel psicológico, suele ser difícil a edades tempranas describir sensaciones y percepciones, por lo que los niños pueden no manifestar insatisfacción por el peso o la figura; por otra parte, a nivel físico en las niñas prepúberes o con menstruación aún irregular la presencia de amenorrea puede no ser valorable, y la gran variabilidad en las tasas de crecimiento físico pueden invalidar el IMC o el peso como factores determinantes a tener en cuenta; por tanto, se considera que los criterios diagnósticos vigentes no son plenamente aplicables a la edad pediátrica (Dueñas Disotuar, Y., Murray Hurtado, M., Rubio Morell, B., Murjani Bharwani, H. S., & Jiménez Sosa, A. 2015).

Los programas preventivos para pacientes entre 15 y 19 años ayudan a disminuir los factores de riesgo y promueven los comportamientos saludables en el control del peso, según el metaanálisis de Stice, E., & Shaw, H. (2004). Además, se encontró que los programas de prevención disminuyen la patología alimentaria actual y el riesgo de futuros aumentos en la patología alimentaria.

Es importante recordar que los TCA en la infancia tienen una serie de factores que ayudan al buen pronóstico: menor tiempo de evolución de la enfermedad, una menor mortalidad global, mayores tasas de curación, así como la figura de los padres que a estas edades aún puede ejercer una cierta supervisión y apoyo en todo el proceso de diagnóstico y tratamiento hasta la curación (Miller, C.A, & Golden, N.H, 2010).

Con todo esto, y sabiendo que los cambios de la pubertad, el sobrepeso u obesidad, las redes sociales o los medios de comunicación son factores de riesgo claros en esta problemática, se debería fomentar los programas de prevención desde edades preescolares o incluso antes. Es necesario dar información a los padres y a los propios niños sobre el estilo alimentario, el desarrollo de la alimentación, las conductas/rituales de alimentación, corporalidad y adquisición de la imagen corporal (que se desarrolla entre los 6 y 13 años), cómo abordar el miedo a tragar o la selectividad en los alimentos y la comida social, entre otros. Además, es necesario continuar investigando y planteando diferentes propuestas de tratamiento para estas edades.

El enfoque multidisciplinar, el trabajo tanto a nivel individual y como familiar son indispensables en esta problemática tan compleja. Desde este sentido, la terapia familiar sistémica cumple muchas de estas premisas, contando con el sistema familiar como motor para el cambio, ayudando al paciente a sentirse comprendido y apoyado, potenciando sus recursos familiares e individuales. Lo más importante en esta problemática es que haya un rol activo por parte del psicólogo a la vez que una gran flexibilidad, dejando que el terapeuta pueda seleccionar estrategias y/o herramientas según el caso en cuestión.

 

                                                                       Laura del Moral Fuentes

 

Bibliografía:

ACAB (2021). Els trastorns de la conducta alimentaria. Què són els TCA? Associació contra l’Anorèxia y la Bulímia. Fuente: https://www.acab.org/els-trastorns-de-la-conductaalimentaria/que-son-els-tca/

Dueñas Disotuar, Y., Murray Hurtado, M., Rubio Morell, B., Murjani Bharwani, H. S., & Jiménez Sosa, A. (2015). Trastornos de la conducta alimentaria en la edad pediátrica: una patología en auge. Nutrición Hospitalaria32(5), 2091-2097.

Miller CA, Golden NH. An introduction to eating disorders: clinical presentation, epidemiology and prognosis. Nutr Clin Pract 2010; 25:110-115.

Stice, E., & Shaw, H. (2004). Eating disorder prevention programs: A meta-analytic review. Psychological Bulletin, 130(2), 206–227. doi:10.1037/0033-2909.130.2.206

 

Psicologia

Y cuando me veo crecer, ¿cómo reacciono?

Cuando empiezas terapia es normal que te cueste adaptarte. Hablar de cosas de las que no se está acostumbrado/a puede hacer que incluso te sientas incómodo/a, desnudo/a y que incluso haya ciertas cosas que te guardas para ti.

Desde el asiento de enfrente, el psicólogo/a te está conociendo. Sabe que ciertas cosas a veces son más difíciles de tratar, y otras no tanto. Desde nuestro asiento, entendemos que es costoso y procuramos respetar los ritmos, adaptándonos a los tiempos que nos marca el discurso y la narrativa del/la paciente.

Es cierto que, regularmente, la confianza va aumentando. Esta confianza va graduando el discurso, y desde ahí aquello que se puede tratar en consulta va saliendo. Cuando aparece y lo vemos, lo resaltamos y lo reforzamos, es porque te hemos visto crecer. Hemos visto que hay ya cosas que tu mente nos quiere ofrecer para evocar el cambio.

Conforme sale se propone para trabajar con ello, y nos vamos sumando al carro de los objetivos, los “retos” entre sesiones, las dificultades que mi psicólogo/a puede pedirme y que me den pereza, o miedo, pero que independientemente de como sea el resultado final nos permite ir aprendiendo cosas.

Como con la actividad física, el ejercicio de la terapia hace que la persona entre en el efecto dinamógeno en el que, sin ser del todo consciente y adentrada en la rutina, va progresando en su terapia mientras los meses pasan.

Llega un momento en el que el efecto reduce un poco su intensidad y nos permite ser conscientes. ¡Ostrás, veo cambios! ¡Si parece que no he hecho nada, que sólo me he dejado llevar! ¿y qué hago ahora?

Puedo sentir que abandono una parte de mi si me dejo llevar por el efecto dinamógeno, puede darme miedo sentir que no lo controlo todo. Es normal. Eres paciente de TCA y necesitar controlarlo todo forma parte de la sintomatología. Permítete disfrutar de lo bueno que conlleva estar en tu nuevo sitio respecto a ti mismo/a. Lo que eras cuando viniste sigue ahí, sólo que lo hemos mejorado diferenciándote un poco de lo que te daña. Permítete sentirlo y disfrutarlo.

 

José Miguel Budia

Doctorando en Psicología Clínica

 

The Whale (La ballena)

¡SPOILER ALERT! Llega al cine una película tan dolorosa como necesaria, en la que el personaje principal nos hace empatizar …

EXCESO DE CONTROL Y RELACIONES SOCIALES EN TCA

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¿OBJETIVOS PARA EL 2023?

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